Sí, la cirugía refractiva es considerada un procedimiento seguro y preciso. Utiliza tecnología avanzada para corregir diferentes errores refractivos del ojo como: miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia. Sin embargo, como con cualquier intervención quirúrgica existen riesgos y posibles efectos secundarios. Es importante que el paciente acepte estos riesgos y entienda que aún podría necesitar gafas o lentes de contacto para lograr la mejor visión posible.

La cirugía refractiva puede corregir defectos como miopía, hipermetropía y astigmatismo, permitiendo una buena calidad visual eliminando la dependencia de gafas o lentes de contacto.

Desde que el paciente sale de la cirugía el defecto visual queda corregido y en general la visión mejora entre los 3 y 10 días posteriores a la cirugía, esto dependiendo de la técnica que se le practique. Es necesario seguir las recomendaciones postquirúrgicas que indica el especialista con el fin de evitar algún incidente en sus ojos. 

Cualquier persona mayor entre 18 años y 40 años con una graduación estable puede considerarse candidato para la cirugía refractiva. Se recomienda someterse a un examen oftalmológico completo para determinar la idoneidad para la operación.